miércoles, 27 de enero de 2021

Proporción y belleza en el arte: historia y filosofía

La proporción en el arte es una relación armónica entre las partes de un conjunto; y, según el canon de la época, esta puede ser proporcionada o desproporcionada. Podemos desplazarnos hasta el Antiguo Egipto para rastrear la historia de las proporciones en el arte, donde dividían en cuerpo humano en 18-21 cuadrados.

Luego, en Grecia, Policleto escribió el Canon, conocido como el canon de las siete cabezas. Pero las proporciones no se limitaban solo al cuerpo, por ejemplo, se cree que se usó el número Fi para erigir el Panteón. En la Edad Media triunfaron las formas geométricas simples y la simetría, dos ideas sobre las que se diseñaban las imágenes. Ya no se buscaba representar la perfección corporal sino la espiritual.  El giro humanista del Renacimiento es también perceptible en el Renacimiento, cuya toma de los valores artísticos de la cultura grecolatina viene representado en el Hombre de Vitruvio.

Durante toda la historia, la humanidad ha tratado de encontrar cuales son las proporciones perfectas para así poder representar la belleza. Pero, aunque cada etapa histórica haya tratado de definirla, esta siempre acaba evolucionando; no es un concepto estático. Aunque me haya centrado en la pintura como ejemplo, esto ocurre en la arquitectura, en la música, en la poesía… en definitiva, hay algo en las matemáticas que nos puede ayudar a entender la idea estética y filosófica de belleza. Pero que una obra sea proporcionada no quiere decir que sea bella, y viceversa. La siguiente imagen, las Meninas de Velázquez, dividida en secciones según la proporción áurea. 


Marcuse (1977) decía que lo oprimido de la sociedad es lo caracterizado como feo, que quien tiene poder es quien define la belleza. Esta es la idea detrás de muchas corrientes artísticas y vanguardias, que entienden el arre centrado en la belleza como elitista, o que tratan de ver la belleza en objetos más cotidianos (el típico ejemplo, La Fuente de Duchamp).

Pero, dándole una vuelta de tuerca, puede incluso que hoy en día, en un mundo contaminado por los tubos de escape de los coches y los edificios prefabricados de hormigón gris, el llamamiento a la belleza (y con ella el arte por el arte) tenga algo de revolucionario.

 

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