La proporción en el arte es una relación armónica entre
las partes de un conjunto; y, según el canon de la época, esta puede ser
proporcionada o desproporcionada.
Luego, en Grecia, Policleto escribió el Canon,
conocido como el canon de las siete cabezas. Pero las proporciones no se
limitaban solo al cuerpo, por ejemplo, se cree que se usó el número Fi para erigir
el Panteón. En la Edad Media
triunfaron las formas geométricas simples y la simetría, dos ideas sobre las
que se diseñaban las imágenes. Ya no se buscaba representar la perfección
corporal sino la espiritual. El giro
humanista del Renacimiento es también perceptible en el Renacimiento, cuya toma
de los valores artísticos de la cultura grecolatina viene representado en el
Hombre de Vitruvio.
Durante toda la
historia, la humanidad ha tratado de encontrar cuales son las proporciones
perfectas para así poder representar la belleza. Pero, aunque cada etapa
histórica haya tratado de definirla, esta siempre acaba evolucionando; no es un
concepto estático. Aunque me haya centrado en la pintura como ejemplo, esto
ocurre en la arquitectura, en la música, en la poesía… en definitiva, hay algo
en las matemáticas que nos puede ayudar a entender la idea estética y
filosófica de belleza. Pero que una obra sea proporcionada no quiere decir que
sea bella, y viceversa. La siguiente imagen, las Meninas de Velázquez, dividida en secciones según la proporción áurea.
Marcuse (1977) decía que lo
oprimido de la sociedad es lo caracterizado como feo, que quien tiene poder es
quien define la belleza. Esta es la idea detrás de muchas corrientes artísticas
y vanguardias, que entienden el arre centrado en la belleza como elitista, o
que tratan de ver la belleza en objetos más cotidianos (el típico ejemplo, La
Fuente de Duchamp).
Pero, dándole una vuelta de
tuerca, puede incluso que hoy en día, en un mundo contaminado por los tubos de
escape de los coches y los edificios prefabricados de hormigón gris, el
llamamiento a la belleza (y con ella el arte por el arte) tenga algo de
revolucionario.
Muy buen comentario; breve, sintético, pero muy ilustrativo y bien planteado.
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