lunes, 2 de diciembre de 2019

Educación no formal


Neil DeGrasse, de quien previamente solo conocía el meme, se lamenta en Los responsables de enseñar ciencia a los niños no tienen ni idea de lo que es sobre cómo el actual sistema educativo no fomenta el desarrollo de las inquietudes científicas en la infancia o en la adolescencia. Esta es de hecho una opinión compartida por Jimmy Wales, el fundador de Wikipedia, en El aprendizaje informal es el gran cambio en la educación.

Aunque para acercarse a la educación científica informal hace falta alguna pequeña predisposición, lo cierto es que es gracias a ella (museos, ferias científicas, revistas…) y a su ejercicio divulgativo por la que tantos jóvenes se adentran en carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). Muchas veces el profesorado deja bastante que desear: puede enseñar los datos concretos de una materia pero sin cultivar ningún más allá intelectual en el alumnado.

En parte por esto, la percepción cada vez más común es la de tomar la educación informal como otro tipo más de educación y no como un suplemento a la formal -esto se deja percibir en la programación de excursiones a museos como una actividad más del horario lectivo. Salir del aburrido espacio educativo formal -el colegio- es siempre algo que apetece a cualquier alumno, sea de la edad que sea, por lo que la predisposición con la que se llega a un museo científico, por ejemplo, es distinta; y eso hay que aprovecharlo. No estar obligado a estar sentado, callado, atendiendo las palabras del profesor sino poder pulular por diferentes espacios interactivos, pudiendo comentarlo al mismo tiempo con otros alumnos y amigos, hace aprender de una manera distinta, más entretenida y que probablemente podrá ser recordada más fácilmente sin tener que hincar los codos.

Quizás no estoy siendo parcial al escribir este artículo, que por supuesto está mediado por mi percepción personal, pero sigo recordando  la excursión que hicimos con el colegio al Museo de las Artes y las Ciencias de Valencia. Pero las buenas impresiones, al no ser solo mías sino compartidas con el resto del grupo, me hacen estar bastante segura de que la labor científica divulgativa tiene una importante misión a la hora de enseñar. 

 

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