lunes, 9 de marzo de 2020

Primeros pasos en neurociencia.

El cerebro de cordero que encontré, después de pasar primero por un par de carnicerías, estaba ya partido en dos, aunque todavía dentro del cráneo del animal.

 Los pliegues de la corteza cerebral se aprecian muy bien.
 El hemisferio izquierdo, que fue el primero que saqué, sufrió más al no saber cómo hacerlo, por lo que se me rompió un poco.
En esta última vista, no sabía si los trozos de abajo a la izquierda de la foto son también partes de encéfalo, si podía ser el cerebelo correspondiente.

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