El cerebro de cordero que encontré, después de pasar primero por un par de carnicerías, estaba ya partido en dos, aunque todavía dentro del cráneo del animal.
Los pliegues de la corteza cerebral se aprecian muy bien.
En esta última vista, no sabía si los trozos de abajo a la izquierda de la foto son también partes de encéfalo, si podía ser el cerebelo correspondiente.
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